|
El 5 de septiembre de 2012 en el 40 aniversario
de los atentados el COI homenajeó a las víctimas de Munich |
Tras los horribles atentados de Munich y su trágica resolución no cesaron las hostilidades entre los estados implicados. Muy al contrario, en los días, semanas y meses posteriores se generó una espiral de violencia de gravísimas consecuencias. Para empezar, tan sólo cuatro días después de la masacre, la fuerza aérea israelí bombardeó las bases de la Organización para la Liberación de Palestina OLP en Siria y Líbano, ataque que fue reprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
La primera ministra de Israel en aquel momento, Golda Meir, y el Comité de Defensa Israelí dieron órdenes al servicio secreto de aquel país, el Mossad, de encontrar dondequiera que estuvieran a todos los responsables de planificar y organizar el ataque contra sus deportistas. Con esta finalidad, cinco de sus mejores agentes fueron enviados a Europa a seguir su pista. La orden era inequívoca: no regresar hasta haber cumplido el objetivo. <<Deben ser precisos y no dejar víctimas inocentes –se les advierte-. Nuestros enemigos deben pensar que están indefensos y que los podemos alcanzar cuando queramos>>. Esta misión sería conocida como <<Operación Colera de Dios>> y se tradujo, entre octubre de 1972 y junio de 1973, en el asesinato de una decena de destacados dirigentes palestinos.
|
Golda Meir. Primera Ministra Israelí entre 1969 y 1974 |
El 29 de octubre de 1972, menos de dos meses después de los atentados de Munich y en medio de la contundente respuesta de Israel, otro comando de Septiembre Negro había secuestrado un avión de Lufthansa, y amenazó con volarlo si no se liberaba a los tres terroristas presos en las cárceles germanas. Las autoridades de este país, aterradas ante la posibilidad de otro baño de sangre, atendieron sus reivindicaciones y de esta manera, los tres secuestradores supervivientes del ataque de Munich quedaron en libertad y fueron recibidos como héroes.
Tras comprar e intercambiar información con otros servicios de inteligencia europeos, los agentes del Mossad encuentra su primer objetivo: Wael´Aadel Zwaiter, el encargado de reclutar al comando terrorista para el ataque. El 16 de octubre de 1972 dos hombres le abordan en las calles de Roma y le acribillan con catorce disparos. En diciembre de ese mismo año, localizan en Francia a Mahammad Hamshari, representante de la OLP en aquel país. Va permanentemente protegido por cuatro guardaespaldas, por lo que deben idear otra táctica. Interfieren su teléfono y mandan a un agente para repararlo; éste coloca bajo su escritorio una bomba que se activaría por control remoto. Herido de extrema gravedad en la explosión, moriría pocos días después.
En enero de 1973 el MOSSAD tiene conocimiento de que otro de los cabecillas del atentado,
Hussein Al-Bashir, se aloja en un hotel de Nicosia en Chipre. Seis explosivos colocados bajo su cama, y activados por presión acaban con su vida. En los meses siguientes
un responsable de armamento del Frente Popular de Liberación de Palestina FPLP es tiroteado en las calles de París-,
y otros dos destacados representantes de la OLP.
Las cosas se complican en abril cuando localizan en Beirut (Líbano) a otros tres importantes dirigentes de la OLP directamente relacionados con la masacre de Munich y protegidos por más de cincuenta fedayines de la FPLP, pero eso tampoco detiene los agentes del Mossad quienes, ayudados por otros comandos israelíes, asestan un golpe contundente, acabando con la vida de sus tres objetivos, cuatro civiles libaneses, tres turistas sirios y uno italiano, además de provocar veintinueve heridos. A continuación, explotaron el cuartel general del FPLP en la ciudad y un depósito de explosivos del grupo terrorista Al Fatah.
El encargado de las operaciones de Septiembre Negro en Europa, Mohammad Boudia, consigue escapar del ataque aunque dos meses después, un artefacto explosivo colocado bajo su vehículo acaba con su vida.
En represalia a todos estos ataques, los palestinos se lanzan igualmente a una campaña de atentados contra intereses israelíes. La espiral de odio, venganza y muerte no deja de crecer por ambos bandos. Tres de los agentes del Mossad fallecen en esos ataques contra líderes palestinos, y el primer grupo de agentes es relevado por un segundo equipo, que cometería un error imperdonable al confundir en Lillehammer, Noruega, al terrorista Ali Hassan Salameh –destacado dirigente de Septiembre Negro-, con un ciudadano marroquí que nada tenía que ver con los hechos de Munich. Los cinco agentes responsables de esta acción -entre ellos, dos mujeres-, son detenidos por las autoridades noruegas, juzgados y encarcelados, aunque posteriormente serían repatriados a Israel. En enero de 1979, el Mossad da finalmente con el paradero de Salameh, asesinándole con un coche bomba en Beirut.
La planificación de todas estas acciones fue llevada al cine en 2005 por Steven Spielberg en una película, <<Munich>>, aplaudida por la crítica y los expertos cinematográficos que obtuvo cinco nominaciones a los Oscars, pero que no fue del gusto de los israelíes ni de los palestinos.
Hay quien piensa que aquella masacre inauguró la era moderna del terrorismo. Lo que está claro es que lo ocurrido aquel día de septiembre en Munich cambió para siempre la idea de la seguridad en unos Juegos Olímpicos y, a la vez, multiplicó el odio entre dos pueblos, con fatales consecuencias en una espiral de violencia y venganza que se prolongó durante años.
|
Munich. Steven Spielberg. 2005 (+18) |
En aquellos años, sólo un hombre consiguió salir indemne de la persecución israelí en busca de venganza:
Abu Dauoud, de quien se dice que fue el verdadero cerebro del ataque contra los deportistas. Abu Daoud sobrevivió a un tiroteo en Varsovia, y nada más se supo de él durante años. El 3 de julio de 2010 -38 años después de la acción terrorista- fallecía en el Hospital Al-Andalus de Damasco, Siria, por una insuficiencia renal.
En la actualidad, una placa en el mismo lugar del Parque Olímpico de Munich en el que todo comenzó, conmemora la tragedia: <<El equipo del Estado de Israel permaneció en este edificio durante los XX Juegos Olímpicos de Verano del 21 de agosto al 5 de septiembre de 1972. El 5 de septiembre Moshe Weinberg, Yossef Romano, Ze'ev Friedman, David Berger, Yakov Springer, Eliezer Halfin, Yossef Gutfreund, Kehat Shorr, Mark Slavin, Andre Spitzer y Amitzur Shapira fallecieron de muerte violenta. Honor a su memoria>>, reza la inscripción, en alemán y hebreo.
Aquella placa recuerda una de las mayores tragedias vividas jamás por el mundo del deporte, un mundo tan a menudo ejemplo de valores admirables pero que en este caso fue el vehículo utilizado por el terrorismo para amplificar las consecuencias de sus acciones.
Referencias:
http://historiasdeldxt.blogspot.com.es/2013/08/la-masacre-de-munich.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Operaci%C3%B3n_C%C3%B3lera_de_Dios