Scherbo aparece en el panorama de la gimnasia internacional en los Campeonatos de Europa de Lausana en Suiza en 1990 donde logra tres medallas de oro en aparatos con una puntación de 10 en su ejercicio de salto. Al año siguiente en el Mundial de Indianápolis lograría una medalla de plata en el concurso completo.
Este gimnasta bielorruso compitió con el Equipo Unificado, heredero de la URSS, en los Juegos Olímpicos de Barcelona, donde realizó la competición de su vida, dominando de forma arrolladora ganado seis medallas de oro de ocho posibles, hito que ningún otro gimnasta ha logrado hasta la fecha. Se impuso en el concurso completo, concurso por equipos, anillas, paralelas, salto y caballo con arcos.
Tras los Juegos, Scherbo logró en 1993 la medalla de oro en los Campeonatos del Mundo de Birminghan, único título mundial individual de su palmarés. En este mismo año decide trasladarse a Estados Unidos con su familia como consecuencia de la inseguridad e inestabilidad de su país.
En 1996 abandona la gimnasia para cuidar a su esposa, víctima de un accidente de tráfico y en estado de coma durante varios meses. Al salir del coma y tras una milagrosa recuperación, su mujer le pide reiniciar su preparación para los Juegos de Atlanta para los que faltaban pocos meses.
En los Juegos Olímpicos de Atlanta, Scherbo, participando esta vez con el equipo bielorruso, tuvo una actuación notable logrando cuatro medallas de bronce (individual, salto, paralelas y barra fijas), para completar un palmarés de diez medallas olímpicas al alcance de muy pocos atletas en la historia.
La gesta de Vitali Scherbo en los Juegos Olímpicos de Barcelona de seis medallas de oro sólo ha sido superada por los nadadores Mark Spitz en 1972 con siete medallas de oro y por el gran Michael Phelps con ocho medallas de oro en Pekín 2008.
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